
Este fue a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que se le diera el cuerpo.
Y tomando José el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia y lo puso en su sepulcro nuevo, que había labrado en la peña; y después de hacer rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, se fue.
Estaban allí María Magdalena y la otra María, sentadas delante del sepulcro.
Mateo 27:57,61 (Mc 15.42-47; Lc 23.50-56; Jn 19.38-42)