Muerte de Judas Mateo 27:3,10

Entonces Judas, el que lo había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo:
--Yo he pecado entregando sangre inocente.
Pero ellos dijeron:
--¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú!
Entonces, arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó.
Los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron:
--No está permitido echarlas en el tesoro de las ofrendas, porque es precio de sangre.
Y, después de consultar, compraron con ellas el campo del alfarero, para sepultura de los extranjeros.
Por lo cual aquel campo se llama hasta el día de hoy: «Campo de sangre».
Así se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: «Tomaron las treinta piezas de plata, precio del apreciado, según precio puesto por los hijos de Israel, y las dieron para el campo del alfarero, como me ordenó el Señor».
Mateo 27:3,10