MEL – MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y LIDERAZGOS

Acertadamente muchos vaticinan que el mundo no terminará por la falta de alimentos o del líquido vital, ni por la detonación de bombas radioactivas de eliminación masiva, sino por la ausencia de líderes efectivos, cuya carencia constituye sí la madre de todas las catástrofes; vale decir, de la falta de liderazgos positivos se desprenden las demás catástrofes mundiales y locales. Definitivamente y con certeza, sentenciamos que los líderes no nacen, sino se hacen; llamados todos, más no todos elegidos -élites-, pero quien elige serlo es uno mismo -la primera gran decisión-, debiendo ser este consiente de la paga inexorable de un precio, pues el líder debe estar dispuesto a pagar siempre el precio del proceso de formación del carácter y sus inteligencias múltiples, intra e interpersonales, porque el líder no se hace de la noche a la mañana, entrenado más que en la teoría en la práctica cotidiana. Ahora bien, hablando de pagar un precio, muchísimo más caro pagamos como individuos y como sociedad por el desierto o vacío escalofriante de liderazgos, desde nuestras células familiares hasta los ámbitos más encumbrados, en el contexto nacional e internacional.