El único gran proceso que se sigue en la actualidad es el abierto por el fiscal general de Nueva York, que investiga a ocho grandes bancos (Goldman Sachs Group Inc., Morgan Stanley, UBS AG, Citigroup, Credit Suisse, Deutsche Bank, Credit Agricole y Merrill Lynch) por engañar y sobornar a las agencias de calificación para conseguir buenas clasificaciones por sus productos de alto riesgo y, en particular, las hipotecas basura.
Del poder y la discrecionalidad con que funcionaban bancos y agencias, dan prueba dos ambiciosos ejecutivos -ambos de 31 años- de Goldman Sachs, ahora en el ojo del huracán. Fabrice Tourre, francés y educado en Londres, se dio cuenta mucho antes que el resto de que el mercado hipotecario en EE UU se iba a hundir, como prueban los correos electrónicos que cruzaba con sus colegas, en los que denominaba "mierda" a las que luego se conocerían como hipotecas subprime. Pese a ello, el Fabuloso Fab, como le apodaban sus envidiosos compañeros, siguió empaquetando productos financieros bajo la garantía de esos préstamos y vendiéndoselos a sus mejores clientes. Causó pérdidas directas de 800 millones de euros. ¿Está en prisión? No, ocupa una vicepresidencia de Goldman en Londres.
Su compañero Tetsuya Ishikama, de origen japonés, pero también formado en Londres, ha ido mas allá y ha llegado a publicar un libro (Cómo causé el colapso del crédito) en el que se jacta de haber disfrutado de una vida de excesos, coches deportivos y bailarinas de striptease incluidas, traficando con derivados financieros de alto riesgo. ¿Está en prisión? No, trabaja para la firma financiera Amias Berman y su novela le ha aupado al estrellato de los gurús que han sabido sacar provecho de la crisis.