La crisis financiera ha empujado al gobernador Arnold Schwarzenegger a recortar presupuestos en los colegios y universidades públicas, mientras que la industria carcelera sigue creciendo. Por eso ahora California se gasta más en encarcelar a sus hijos que en prepararlos. El estado gasta 216.000 dólares al año en mantener a un joven entre rejas. (Corrección, de acuerdo con el diario Los Angeles Times, el estado de California "gasta una media de $228.715 al año por cada uno de sus 1.400 jóvenes bajo su custodia"). En contraste, la ciudad californiana de Oakland gasta 8.000 dólares al año por estudiante de escuela pública.
“Cortar el presupuesto de educación es un ahorro falso”, dice la ex-alcaldesa de Santa Bárbara Marty Blum. “El 17% del presupuesto del estado iba destinado a la educación hace 20 años. Ahora está en un 8%. El presupuesto de las prisiones era un 2% hace 20 años, y ha subido por encima del presupuesto de educación, hasta el 9%. Te van a pagar más si vas a prisión, ¡Qué locura!”.
Algunos colegios de Estados Unidos han sido diseñados por arquitectos de cárceles, con la idea de mantener a los niños dentro y que no se escapen. En muchas ciudades de EEUU existe una “guerra preventiva” contra los adolescentes, con un toque de queda para los menores de 18 años. En Santa Bárbara, si son “cazados” por la policía después de las 10 de la noche pululando por la ciudad, o conduciendo por sus calles sin la compañía de un adulto, la policía podrá ponerles una multa y avisar a los padres. El toque de queda se extiende también durante el horario escolar.