El Papa se enreda con el purgatorio

La nueva escatología papal poniendo patas arriba la interpretación clásica de los textos sagrados -apocalípticos, tenebrosos y vengadores-, dejó fríos a los teólogos, pero causó gran revuelo entre quienes seguían enseñando a los niños los catecismos clásicos y, sobre todo, la proclamación del imponente Tomás de Aquino, suma teológica del catolicismo, que entre los placeres esenciales de los que van al cielo colocaba en lugar preferente, además de la visión de Dios, el poco cristiano de la contemplación de los sufrimientos a que están sometidos los arrojados al infierno.