Por qué la llamarada solar del 14 de febrero no provocó el caos en la Tierra

Fue una simple cuestión de suerte. De campos magnéticos alineados de tal modo que toda la energía enviada por el Sol se desvió de forma inocente hacia los polos de la Tierra. Si el ángulo relativo de los dos campos (el de las partículas solares y el terrestre) hubiera sido otro, las cosas se habrían podido poner muy feas para nosotros. Ahora, y una vez pasado el peligro, los científicos miran al futuro con preocupación. La "tormenta de San Valentín" sólo ha sido la primera de un ciclo solar, el número 24, que acaba de comenzar y que se prevé mucho más activo que el anterior. Se calcula que, en los próximos meses, se producirán no menos de 1.700tormentas solares de igual o mayor intensidad de la que nos dejó milagrosamente indemnes la semana pasada.