La quema de un ejemplar del Corán en Florida el pasado 20 de marzo desató ayer el ataque más grave contra las Naciones Unidas en Afganistán en los últimos dos años, después de que miles de manifestantes arrasaran el campamento de la agencia en la ciudad de Mazar i Sharif, en el norte del país. Al menos siete trabajadores extranjeros y cuatro personas de nacionalidad afgana se cuentan entre los fallecidos. Entre los numerosos heridos figuraría el jefe de la misión de la ONU en esa localidad. Otras fuentes citadas por la agencia Reuters elevaron la cifra de fallecidos a 20 personas entre operarios locales y extranjeros, guardias de la organización y soldados gurkha nepalíes contratados para proteger el recinto.
Un canal de televisión local emitió un vídeo de los hechos, en el que puede apreciarse cómo los manifestantes agitan vallas protectoras y derriban una torreta antes de prender fuego al lugar, mientras unos pocos policías miran y disparan al aire. Al menos en dos casos, los manifestantes golpearon con martillos los cuellos de los trabajadores para intentar decapitarlos.
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