La frase del fitopatólogo Don Huber solo aumentó el dolor de cabeza provocado por el Doctor Carrasco a Wallstreet y a todas las filiales de las fábricas que producen el agrotóxico. Las denuncias se multiplican en todo el mundo mientras los locales no saben qué inventar para ocultar la verdad y el bidón perforado les inundó desde la Hilux hasta el pabellón Frers.
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