Así cuentan fuera de España cómo ha transcurrido la #Spanishrevolution

Y es que la indignación contra un mundo gobernado por las agencias de rating y la especulación financiera ha sido una de las semillas de la indignación española. A finales de 2008, en el inicio de la crisis, el presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero inyectó miles de millones a la banca. Luego, los mercados (el FMI, las agencias de rating, rumores de Angela Merkel que reforzaban la prima alemana) encarecieron la deuda pública española. Zapatero tuvo que recortar salarios a los funcionarios. Sin embargo, mientras la cifra de parados llegaba a 4,3 millones, las 35 mayores empresa del Ibex (Bolsa de Madrid) ganaron el año pasado 49.881 millones de euros, un 24,5% más que en 2009. Mientras Telefónica quiere despedir a 6.000 trabajadores en España, anuncia 450 millones de euros en incentivos y 6.900 millones en dividendos para sus ejecutivos. El divorcio entre beneficios empresariales y empleo fue calentando a fuego lento la indignación. Normal: Angela Merkel aprobó un impuesto a las eléctricas; el británico David Cameron subía las tasas a las petroleras; Zapatero se tragaba, una a una, las promesas socialistas de su programa.
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