Jaleado por sus seguidores, que inundaron el Dahia, el arrabal beirutí controlado por el grupo chií, el jeque instó a suspender la difusión del vídeo ofensivo con el profeta en internet y castigar a sus productores.
Por ello pidió a todos los gobiernos del mundo, especialmente los musulmanes, a que cesen la emisión de la cinta, producida en EEUU y cuya autoría aún suscita dudas. "EEUU tiene que comprender que si publica la película entera habrá repercusiones peligrosas en todo el mundo", advirtió, ya que por el momento solo se han difundido 14 minutos de las supuestas dos horas que dura el filme.
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