El presidente de Sudán quiere una población 100 por 100 islámica. Comienza la «Caza al converso»

Las iglesias son destruidas, las instituciones cristianas y las escuelas cerradas, los trabajadores cristianos detenidos, los extranjeros expulsados y las publicaciones cristianas canceladas.

En abril el Gobierno anunció que no concederá la licencia de obras para los nuevos edificios destinados a usarse como iglesias.

A finales de junio, la policía entró en las oficinas de la Iglesia Evangélica Presbiteriana de Sudán para realizar un control administrativo con el objeto de apoderarse de la propiedad.

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