
Y había allí uno que tenía seca una mano. Para poder acusar a Jesús, le preguntaron: ¿Está permitido sanar en sábado?
Él les dijo: ¿Qué hombre entre vosotros, si tiene una oveja y esta se le cae en un hoyo, en sábado, no le echa mano y la saca?
Pero, ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, está permitido hacer el bien en sábado.
Entonces dijo a aquel hombre: Extiende tu mano.
Él la extendió y le fue restaurada sana como la otra.
Él la extendió y le fue restaurada sana como la otra.
Salieron entonces los fariseos y se confabularon contra Jesús para destruirlo.
Mateo 12:9,14 (Mc 3.1-6; Lc 6.6-11)