
Cuando lo vieron, lo adoraron, aunque algunos dudaban.
Jesús se acercó y les habló diciendo:
«Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.
Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado. Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo».
Amén.
Mateo 28:16,20 (Mc 16.14-18; Lc 24.36-49; Jn 20.19-23)
Amén.
Mateo 28:16,20 (Mc 16.14-18; Lc 24.36-49; Jn 20.19-23)