Harussani Zakaria, un polémico imán del estado malasio de Perak, instó al Consejo Nacional de Fatuas (edictos religiosos) que emita una orden que deje claro si los musulmanes deben o no hacer yoga.
"Si únicamente se trata de ejercicio físico, no hay problema, pero no en su forma original de acto religioso", dijo Zakaria, quien puso como ejemplo el habitual rezo de mantras, oraciones hindúes en las que se invoca a los dioses de este credo.
A su juicio, "el yoga puede llevar a los musulmanes a abandonar su fe porque los movimientos de los ejercicios se enmarcan dentro del estilo y las tradiciones del hinduismo".