La inestabilidad, actual y futura, del dólar está ahora en el centro del debate internacional. De hecho, las autoridades chinas han mostrado abiertamente su preocupación por la seguridad de sus activos estadounidenses, nominados en dólares, ante una posible depreciación del billete verde. Además, Pekín ha advertido a Washington de que reducirá su adquisición de deuda pública de EEUU, en un momento clave, ya que la primera potencia mundial se enfrenta a una necesidad de financiación exterior récord.
Y todo ello, diez días antes del comienzo de la cumbre del G20 en Londres, en la que participarán los países más industrializados del mundo y los emergentes, y se intentará conseguir una solución conjunta para combatir la crisis global.
Las reservas exteriores chinas alcanzaron la cifra récord de 1,95 billones de dólares a finales de 2008, la más elevada del mundo, superior a la de Japón, el segundo mayor poseedor de divisas del mundial con 1,03 billones de dólares. La semana pasada Rusia ya anunció que propondrá en la reunión del G20 que el FMI estudie la posibilidad de crear una divisa de reserva supranacional.