La pronunciación del Constitucional galo respondió a la demanda efectuada por dos mujeres que viven en conjunto hace 14 años, tienen cuatro hijos y se unieron a través de un Pacto civil de Solidaridad (Pacs). Este último, constituye un paso intermedio entre el concubinato y el matrimonio y es válido para homosexuales y heterosexuales.
El alto tribunal señala al Parlamento, al indicar que para avalar esta clase de uniones se tendría que proceder a una reforma de las leyes sobre familia. Añade así el máximo órgano jurisdiccional galo que el Parlamento podría variar esa proscripción, como ya ocurre en otros países vecinos.