La iglesia United Pentecostal Churc de Pakistán, fue atacada el último domingo por una turba de musulmanes radicales que impidieron la celebración del Domingo de Ramos.
Cientos de cristianos reunidos tuvieron que dispersarse y muchos fueron perseguidos, golpeados y maltratados. Sin embargo la policía no ha detenido a ningún musulmán, pero sí a doce cristianos.
Eric Isaac, pastor de la iglesia, era el blanco de los extremistas, porque había exigido la liberación de Mushtaq Gill y de su hijo, Farrukh Mushtaq Gill, arrestados el 16 de abril bajo falsas acusaciones de blasfemia.
Sin embargo, el pastor logró huir, entonces los musulmanes tomaron a un anciano de la comunidad, Anwar Khok, y a su hijo. Durante horas les retuvieron y golpearon, diciendo que sólo les dejarían ir “a cambio del pastor”. La Agencia Fides informa del testimonio de testigos oculares, que hablan de una “comunidad cristiana aterrorizada”.
“En los recientes incidentes está claro que la policía es cómplice de los agresores, ya que ha arrestado a los cristianos, víctimas de los ataques”, dice a la Agencia Fides, Haroon Barkat Masih, Director de la Fundación Masishi, que se encarga de la defensa de los cristianos perseguidos, incluida Asia Bibi.
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