Túnez: pulso islamista contra la democracia

Las más infames perversiones del Corán surgen cuando lo que se juega es el poder del hombre. De ahí que el matrimonio “orfi”, vivamente propiciado por los salafistas, se extienda por la universidad: un subrogado de matrimonio, firmado en un trozo cualquiera de papel sin el mínimo valor legal, que permite la unión sexual por un día, una semana o 99 años, y en el cual las mujeres no ven sino una prostitución disfrazada. El partido salafista en el poder, Ennahda, no ha logrado que la sharía se inscriba como fuente de derecho, pero intenta poner el islam por encima de la nueva Constitución, lo que permitiría sobreponer la religión a la justicia.
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