Maestro, sabemos que eres amante de la verdad y que enseñas con verdad el camino de Dios, y no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres.
Dinos, pues, qué te parece: ¿Está permitido dar tributo a César, o no?
Pero Jesús, conociendo la malicia de ellos, les dijo:
¿Por qué me tentáis, hipócritas?
Mostradme la moneda del tributo.
Ellos le presentaron un denario.
Entonces les preguntó:
¿De quién es esta imagen y la inscripción?
Le dijeron:
De César.
Y les dijo:
Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.
Al oir esto se maravillaron, y dejándolo, se fueron.
Mateo 22:15,22 (Mc 12.13-17; Lc 20.19-26)