ECUADOR: LEGALIZAN LAS UNIONES HOMOSEXUALES. Noticias Globales


Sin embargo, no les fue fácil a los homosexuales y al gobierno concretar el atropello. Algunos notarios se negaron y tuvo que intervenir manu militari el Ministerio de Justicia. Gabriela Espinoza, de la Subsecretaría de Derechos Humanos, declaró que esta dependencia libró un oficio al presidente del Consejo Nacional de la Judicatura. “Se le recordaron las normas constitucionales que obligan al directo cumplimiento de los derechos humanos por parte de los funcionarios públicos, se condenó la actitud sexista y discriminatoria de los notarios, y se advirtió la pena de uno a tres años que prevé el Código Penal”, explicó la funcionaria a Vistazo.

El 26 de septiembre, el Pbro. Alfonso Avilés, Vicario de la Familia de la Arquidiócesis de Guayaquil, en una declaración escrita dirigida a los medios dijo, entre otras cosas: “Yendo al fondo, lo que se pretende con estas legalizaciones es algo mucho más profundo que ‘arreglar situaciones patrimoniales’. Dentro de la ‘agenda homosexual’ está: el cambio de las legislaciones de los Estados con el fin de lograr la aceptación de la cultura homosexual; la corrupción de las mentes, sobre todo de las nuevas generaciones; y la destrucción de la familia como obra de Dios. Estamos asistiendo a un eficaz intento de corromper las costumbres de toda la raza humana, a una ‘sodomización’ global y una ‘gomorrización’ global, que cuenta con el apoyo de todas las instancias supremas del poder mundano: ONU, OMS, UNESCO (…) Y todo ello bajo la ‘justificación’ de la ‘no discriminación’ y del ‘respeto a las minorías’. Pero esto es falso, porque, en primer lugar, no hay discriminación cuando no se le da a una persona los derechos que no le corresponden (una persona joven no tiene por qué sentirse discriminada si se le niega la pensión de la tercera edad); y el matrimonio corresponde por derecho natural, por disposición divina, a un hombre y a una mujer. Por tanto, no hay discriminación de nada. Y en segundo lugar, una minoría no merece el respeto por ser una minoría, sino porque sea justa su reivindicación. Y lo que pide esa minoría -equiparar la unión homosexual al matrimonio- no es justo, pues ni tienen los mismos fines (procreación), ni tienen los mismos componentes (hombre y mujer)”.