Jesús anuncia su muerte Mateo 16:21,28

Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho a manos de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día.
Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirlo, diciendo:
Señor, ten compasión de ti mismo. ¡En ninguna manera esto te acontezca!
Pero él, volviéndose, dijo a Pedro:
¡Quítate de delante de mí, Satanás! Me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.
Entonces Jesús dijo a sus discípulos:
Si alguien quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame, porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.
¿De qué le servirá al hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma?
¿O qué dará el hombre a cambio de su alma?, porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.
De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí que no gustarán la muerte hasta que hayan visto al Hijo del hombre viniendo en su Reino.
Mateo 16:21,28 (Mc 8.31--9.1; Lc 9.22-27)