Fundación para el Desarrollo Humano Integral El Dorado Internacional.
Jesús ora en Getsemaní Mateo 26:36,46

--Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro.
Y tomando a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera.
Entonces Jesús les dijo:
--Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo.
Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: «Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú».
Volvió luego a sus discípulos y los halló durmiendo, y dijo a Pedro:
--¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?
Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
Otra vez fue y oró por segunda vez, diciendo:
«Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad».
Volvió otra vez y los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño.
Y dejándolos, se fue de nuevo y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras.
Entonces se acercó a sus discípulos y les dijo:
--¡Dormid ya y descansad! Ha llegado la hora, y el Hijo del hombre es entregado en manos de pecadores.
¡Levantaos, vamos! Ved, se acerca el que me entrega.
Mateo 26:36,46 (Mc 14.32-42; Lc 22.39-46)
Testimonio, Juan Luis Guerra
No necesito pastillas para dormir si estás conmigo.
Todos los sueños florecen
cuando me hablas al oido.
No necesito millones ni acorralar los corazones.
Y sólo en tu cafetera todo el cielo enamorado se cuela.
No necesito decirte 2500 veces
multiplicado por 7
que te espero noche y dia.
Que me disculpen los sabios,
pero la sabiduría
duerme detrás de tu oreja
y no en Grecia,
como la historia creía
Abreme la noche y ven a ver
como te puedo querer, eternamente
Cúrame la sombra al caminar,
que se corre si no estás.
No necesito violines
pizzicatos en el pecho.
Eres todo mi concierto,
la mas bella sinfonia.
Que me disculpe el poeta,
pero toda la poesía
la encuentro sobre un madero.
Y me verso con tus rodillas que riman.
Abreme la noche y ven a ver
como te puedo querer eternamente
Cúrame la sombra al caminar,
que se corre si no estás.
No necesito pastillas...(bis)
Jesús anuncia la negación de Pedro Mateo 26:30,35

--De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces.
Pedro le dijo:
--Aunque tenga que morir contigo, no te negaré.
La Cena del Señor Mateo 26:17,29

Le dijo:
--Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo:
--Bebed de ella todos, porque esto es mi sangre del nuevo pacto que por muchos es derramada para perdón de los pecados.
Judas ofrece entregar a Jesús Mateo 26:14,16

Jesús es ungido en Betania Mateo 26:6,13

Mateo 26:6,13 (Mc 14.3-9; Jn 12.1-8)
El complot contra Jesús Mateo 26:1,5

El juicio de las naciones Mateo 25:31,46

Y pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda.Entonces el Rey dirá a los de su derecha: "Venid, benditos de mi Padre, heredad el Reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo, porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; fui forastero y me recogisteis; estuve desnudo y me vestisteis; enfermo y me visitasteis; en la cárcel y fuisteis a verme".
Entonces los justos le responderán diciendo: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, o sediento y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero y te recogimos, o desnudo y te vestimos? ¿O cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?" Respondiendo el Rey, les dirá: "De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis".
»Entonces dirá también a los de la izquierda: "Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles, porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis".
Entonces también ellos le responderán diciendo: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo o en la cárcel, y no te servimos?" Entonces les responderá diciendo: "De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis".
Irán estos al castigo eterno y los justos a la vida eterna.
Mateo 25:31,46
Parábola de los talentos Mateo 25:14,30

El que recibió cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos.
Asimismo el que recibió dos, ganó también otros dos.
Pero el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.
»Después de mucho tiempo regresó el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos.
Se acercó el que había recibido cinco talentos y trajo otros cinco talentos, diciendo: "Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos".
Su señor le dijo: "Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor".
Se acercó también el que había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos".
Su señor le dijo: "Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor".
Pero acercándose también el que había recibido un talento, dijo: "Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo".
Respondiendo su señor, le dijo: "Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré y que recojo donde no esparcí.
Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros y, al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses.
Quitadle, pues, el talento y dadlo al que tiene diez talentos, porque al que tiene, le será dado y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadlo en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes".
Mateo 25:14,30
Parábola de las diez vírgenes Mateo 25:1,13

La fidelidad en el servicio Mateo 24:45,51

La venida del Hijo del hombre Mateo 24.29,44

DANILO MONTERO- EL SEÑOR ES MI PASTOR
El Señor es mi Pastor
nada me faltará,
El Señor es mi pastor
en pastos delicados
El me hará descansar.
Junto a aguas de reposo,
me pastoreará
confortará mi alma
me guiará por sendas de justicia
por amor de su Nombre.
Señales antes del fin Mateo 24:3,28

Jesús predice la destrucción del templo Mateo 24

Respondiendo él, les dijo:
¿Veis todo esto? De cierto os digo que no quedará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada.
Mateo 24 (Mc 13.1-2; Lc 21.5-6)
Lamento de Jesús sobre Jerusalén Mateo 23:37,39

Jesús acusa a escribas y fariseos Mateo 23:1,36

En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos.
Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; pero no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, pero no hacen.
Atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas.
Antes bien, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres, pues ensanchan sus filacterias y extienden los flecos de sus mantos; aman los primeros asientos en las cenas, las primeras sillas en las sinagogas, las salutaciones en las plazas y que los hombres los llamen: "Rabí, Rabí".
Pero vosotros no pretendáis que os llamen "Rabí", porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos.
Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos.
Ni seáis llamados maestros, porque uno es vuestro Maestro, el Cristo.
El que es el mayor de vosotros sea vuestro siervo, porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.
Pero ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres, pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque devoráis las casas de las viudas, y como pretexto hacéis largas oraciones; por esto recibiréis mayor condenación.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito y, cuando lo conseguís, lo hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros.
¡Ay de vosotros, guías ciegos!, que decís: "Si alguien jura por el templo, no es nada; pero si alguien jura por el oro del templo, es deudor".
¡Insensatos y ciegos!, porque ¿cuál es mayor, el oro o el templo que santifica al oro?
También decís: "Si alguien jura por el altar, no es nada; pero si alguien jura por la ofrenda que está sobre él, es deudor". ¡Necios y ciegos!, porque ¿cuál es mayor, la ofrenda o el altar que santifica la ofrenda? El que jura por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él; y el que jura por el templo, jura por él y por el que lo habita; y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por aquel que está sentado en él.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque diezmáis la menta, el anís y el comino, y dejáis lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.
¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y tragáis el camello!
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia.
¡Fariseo ciego!, limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera quede limpio.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.
Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos de los justos, y decís: "Si hubiéramos vivido en los días de nuestros padres, no habríamos sido sus cómplices en la sangre de los profetas".
Con esto dais testimonio contra vosotros mismos de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas.
¡Vosotros, pues, colmad la medida de vuestros padres!
¡Serpientes, generación de víboras!, ¿cómo escaparéis de la condenación del infierno?
Por tanto, yo os envío profetas, sabios y escribas; de ellos, a unos mataréis y crucificaréis, y a otros azotaréis en vuestras sinagogas y perseguiréis de ciudad en ciudad.
Así recaerá sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel, el justo, hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías, a quien matasteis entre el templo y el altar.
De cierto os digo que todo esto vendrá sobre esta generación.
Mateo 23:1,36 (Mc 12.38-40; Lc 11.37-54; 20.45-47)